miércoles, 23 de marzo de 2016

¿No duermes, Osito?

Todos, alguna vez en nuestra vida, hemos tenido esa horrible sensación de que todos nuestros seres imaginarios más temidos cobraban vida en nuestro cuarto justo en el momento en que las luces se apagaban y nuestros familiares nos dejaban solos en la oscuridad de la noche. No digáis que no, no intentéis negarlo, es un hecho y al igual que vosotros, todos los niños debido a su increíble imaginación temen en algún momento la oscuridad. Hay que tener en cuenta, claro está, que cada niño es un mundo y que cada uno de ellos teme cosas distintas y en medidas dispares. Pues bien, justamente por esta razón me gustaría proporcionaros una valiosa herramienta que espero que utilicéis y que os sirva de ayuda; un libro.
 
Este libro que voy a analizar a continuación es un libro infantil literario muy interesante que os servirá a todos los padres y/o educadores para tratar con vuestros peques temas tan importantes durante esta etapa de su vida, como son el miedo, la confianza y el cariño durante la infancia.
He escogido este libro porque al leérmelo me trasladó a ese momento de mi infancia en el que irme a dormir se me presentaba como un gran reto. Se trata de una historia que, bajo mi punto de vista, puede ayudar a muchos padres a ver de qué manera pueden ayudar a sus hijos a superar este miedo y a los niños a ver que no tienen nada que temer porque son tan valientes como el osito. Por tanto es un libro que personalmente os recomiendo.
Pero de todo esto os hablaré detalladamente a continuación, así que vamos a ello.
 
1. Ficha bibliográfica:
 
 
TITULO: "¿No duermes, osito?"
AUTOR: Martin Waddell
Ilustrador: Bárbara Firth
Editorial: Kókinos
Idioma original: Inglés
Traductor: Esther Roehrich-Rubio
Primera edición en castellano: 1994
Hipótesis de edad recomendada: 4-5 años
 
 
2. Formato:
 
Al hablar de la manejabilidad del libro, quiero hacer inicial hincapié en que, a estas edades, cuando los niños se están iniciando a la lectura, su habilidad se basa principalmente en la descodificación, dejando de lado la  comprensión y el disfrute de la historia. Por esta razón, no considero que este sea un libro para que los pequeños manejen, sino más bien para que un adulto se lo cuente y sea capaz de hacerles llegar toda su función poética y su simbolismo. Sin embargo, quisiera analizar su manejabilidad ya que considero que es importante que, si los niños por propio interés deciden "leerlo", el formato del libro sea adecuado  y se lo permita.
 
Este libro en cuestión es manejable para niños de estas edades ya que tiene un tamaño adecuado, ni muy grande ni muy pequeño, con tapas duras pero no muy gruesas de cartoné que le dotan de resistencia y solidez.
Consta de 32 páginas finas pero a la vez duras y sencillas de pasar, ideales para que los niños desarrollen la motricidad fina.
Tiene una portada con colores pálidos y poco llamativos, pero, sin embargo la tierna imagen de los dos osos y el título en letras mayúsculas y grandes, llama la atención de los más pequeños.
 
El resto de ilustraciones de Bárbara Firth no son para menos. Se encuentran en todas y cada una de las páginas, abarcando todo el espacio y transmitiéndonos tanto el miedo de Oso Pequeño escondido entre las sábanas,  como la ternura de Oso Grande. Son muy realistas y reflejan a la perfección la trama del texto, de hecho los niños podrían "leerlo" basándose solamente en sus dibujos. 

Como podemos ver en la imagen de la derecha, el cuarto de Oso Pequeño es muy similar al de cualquier niño a esas edades, rodeado de juguetes, con muchos colores, con un peluche con el que dormir, los dibujos por las paredes, la mesilla de noche con la luz, etc. No es una mera casualidad. Esta gran cantidad de detalles tienen como finalidad trasportar a nuestros pequeños lectores al momento de irse a la cama, imaginándose en ese cuarto, tumbados sobre esa cama, siendo cada uno de ellos Oso Pequeño.


Pero de entre todas las ilustraciones, me gustaría destacar las imágenes finales donde sale Oso Grande abrazando a Oso Pequeño, ya que la imagen del "abrazo del oso" es un símbolo de la maternidad, la ternura y el amor de madre. Corresponde a una selección muy acertada de imágenes que logran contagiarnos esa paz a la que llega el osito y  que el autor quiere transmitirnos en su historia, a través de ese abrazo. Como suelen decir, una imagen vale más que mil palabras.
 
En cuanto a la letra, considero que posee un tamaño adecuado para estas edades ya que es lo suficientemente grande como para que puedan realizar ellos mismos la lectura. Además es una letra muy legible, de tipología Arial, si no me equivoco, y con un interlineado lo suficientemente extenso como para que puedan seguir la lectura con el dedo, sin perderse ni bajarse de línea. Finalmente, destacar de la tipografía que la separación entre letra y letra y sobre todo entre palabra y palabra es muy buena, lo que facilita la lectura de aquellos niños que, voluntariamente, decidan leerlo por sí mismos. 
 
 
 
3.Contenido:
 
Para poder adentrarme en el contenido, me gustaría hacer previamente un breve resumen sobre este libro.

Al ocultarse el  sol, Oso Grande y Oso pequeño regresaron a su cueva como de costumbre.
Tras acostar a Oso Pequeño, Oso Grande se sentó junto al fuego y comenzó a leer. Pero Oso Pequeño, ¡no podía dormir!
Cuando Oso Grande le preguntó qué le pasaba, este le respondió: "Tengo miedo. Todo está oscuro y no me gusta". Con el fin de tranquilizarle, Oso Grande buscó una lámpara pequeña, pero al ver que Oso Pequeño no conciliaba el sueño, le buscó una aún más grande. Pero ni por esas...
Tras colocar una tercera lámpara y ver que no daba resultado, a Oso Grande se le ocurrió una idea. Cogió a Oso Pequeño de la mano y le condujo fuera de la cueva, a la oscuridad de la noche.
Oso Pequeño tenía mucho miedo pero Oso Grande le cogió entre sus  brazos y le enseñó la Luna plateada y todas las estrellas que les iluminaban. 
Pero Oso Pequeño no respondió. Se había quedado dormido. 

Tras este pequeño resumen, podemos comenzar a analizar la historia más detalladamente, reflexionando sobre cuáles son los temas que trata, qué estructura sigue, quiénes y cómo son sus personajes y la calidad del lenguaje utilizado por el autor.

Comencemos distinguiendo los temas fundamentales tratados en esta historia, que podríamos englobar en dos: la capacidad de enfrentarse a los miedos y superarlos, concretamente el miedo a la oscuridad, y la necesidad de amor, protección y seguridad proporcionados por el adulto referente. También podemos encontrar en él temas como los sentimientos que surgen a la hora de irse  dormir, el día y la noche o incluso el placer de leer cuando llega la tranquilidad de la noche.

Son temas completamente adecuados para trabajar y dialogar con niños de entre 4 y 6 años ya que, a estas edades o incluso un poco antes, se desarrolla en los niños la nictofobia o miedo a la oscuridad, debido en parte al desarrollo de la imaginación, que  mete en escena los estímulos imaginarios, los fantasmas, los monstruos, la oscuridad….  Digo en parte porque a estas edades los niños han dejado de dormir en la habitación de sus padres y comienzan a dormir solos. Esta separación, como sostiene Freud mediante su psicoanálisis, les provoca ansiedad y les hace sentir inseguros y desprotegidos, lo que también les conlleva a este miedo.
A causa de este temor, muchos niños tienen la necesidad de quedarse dormidos con la compañía de un adulto o requieren de luces en la habitación. Esto les hace ver,  por una parte que están protegidos y seguros ya que sus padres no van a dejar que les pase nada y por otra, que no tienen nada que temer porque con luz pueden ver todo lo que les rodea.
Pero... ¿esta es la mejor forma de que los niños superen sus miedos?  La respuesta es no.
Como nos hace ver  Martin Waddell con esta historia, por muchas luces que pongamos, siempre va a existir oscuridad. Es necesario por tanto que cada uno se enfrente a sus miedos y no que busque maneras de esquivarlos ya que únicamente podremos superarlos observando con nuestros propios ojos que aquello que nos atemoriza realmente no tiene por qué hacerlo.

- Vamos, Osito
- ¿Dónde vamos?
- Afuera
- ¡Afuera! ¿A la oscuridad? ¡Pero si tengo miedo a la oscuridad!
-. ¡No hay que tener miedo!
Estas primeras barreras que surgen en la vida del niño son batallas que tal vez él solo no puede ganar, pero depende de los padres hacer que su hijo sea valiente proporcionándole la confianza suficiente para enfrentarse juntos al miedo y preparándole para que en su futuro sea él quien luche y los supere solo, como hace en este libro Oso Grande,  o hacerle dependiente de ellos para todo, creando a un niño miedoso e inseguro.
 
 
Podemos ver que su estructura es lineal  ya que la historia plantea tres fases bien definidas: una introducción  que va desde la presentación de los osos en la nieve hasta que Oso Pequeño se va a la cama, un nudo en el que se presenta el  problema de Oso Pequeño de no poder dormir a causa de su miedo a la oscuridad y un desenlace en el que Oso Grande descubre cómo hacer que Oso Pequeño se sienta seguro y se duerma
Este tipo de estructura es perfecta para estos receptores, pues es muy sencilla y permite que todos los niños pueden seguirla sin perder el hilo de la historia.
 
 
                                      
 
 
 
Sus personajes como ya hemos ido comentando son dos, Oso Grande y Oso Pequeño; animales que por lo general en la literatura infantil suelen simbolizar la ternura y la protección, de ahí el tradicional juguete del osito de peluche. Este primero cumple el rol de adulto referente (padre, madre, abuelos...), quien le proporciona protección, seguridad y cariño al niño. Es el adulto que durante la noche está ahí por y para él, ayudándole a superar sus miedos y dándole la seguridad de que estando él ahí no puede pasarle nada.
Por otro lado está Oso Pequeño, nuestro protagonista principal. Aún siendo un oso y no un niño, este personaje presenta un problema frecuente en los niños a estas edades, por lo que estos pequeños lectores se identificarán instantáneamente con él, metiéndose de lleno en la historia.
 
El lenguaje utilizado por el autor esta completamente adecuado para las edades de los niños del  2º curso de Infantil, pues utiliza oraciones cortas y sencillas para los pequeños, además de recursos que le facilitan al adulto que transmite el libro, mantener a los niños expectantes.
El vocabulario es muy adecuado y fácil de entender para los lectores ya que no se usan palabras complicadas y nuevas, sino conocidas por los pequeños. Se utilizan frases cortas y sencillas y multitud de diálogos. Este último recurso nos da mucho juego ya que, cambiando la voz para cada personaje y utilizando la entonación adecuada, conseguiremos que los niños, cuando nosotros les contemos el cuento,  se muestren intrigados y atentos.
Además, el autor utiliza en varias ocasiones una estructura repetitiva, de modo que los niños pueden repetir, junto con el adulto que cuente el cuento, lo que dicen los personajes. Esto, es algo que les encanta y el ejemplo más común en este cuento es el siguiente:
 
  -"Tengo miedo"
- "¿Por qué tienes miedo, Osito?"
- "Está oscuro y no me gusta"
- "¿Dónde está oscuro?"
 

También es capaz de expresar la ternura con la que Oso Grande le habla a Oso pequeño, mediante el uso de frases tales como la que os presento a continuación:
 
"Te he traído la luna, Osito"
"La luna plateada y todas  las estrellas del cielo"
 
Otra de las figuras literarias de las que hace uso Martin Waddell en este libro es la metáfora. Si reflexionamos sobre la frase utilizada para el ejemplo anterior, podemos ver que la Luna sería esa gran  bola de luz que siempre va a iluminar la oscuridad.
Concretamente con la metáfora de abajo, lo que se intenta expresar es que los padres no pueden proteger a sus hijos de todo, aunque sí que pueden prepararles y proporcionarles la confianza para que en un futuro sean capaces de enfrentarse solos al mundo que les rodea.
 
"Oso Grande no sabía que hacer. Todas las lámparas del mundo no podían iluminar la oscuridad de afuera"
 
Por tanto, podemos ver que aunque los receptores sean más pequeños, existe una función poética, pues se utiliza el arte de la palabra para captar la atención de los niños y hacer que disfruten de la lectura tanto o incluso más que los adultos. Eso sí, no debemos olvidar que el adulto, que es quien va a contarles el cuento, debe ser capaz de contarlo de tal manera que les transmita a los niños toda su función poética. Debe hacerles comprender, disfrutar y vivir la historia haciendo uso de toda esta gran variedad de recursos utilizados por el autor.
 
Una vez analizado todo lo anterior, pasemos a ver qué valores podemos trabajar a partir de esta lectura.
 
Los valores que podemos encontrar en el libro son la valentía necesaria para vencer los miedos o autosuperación, el amor y la ternura que trasmite Oso Grande, la confianza plena en el adulto y finalmente la necesidad de protección, que no sobreprotección,  que nos hace sentir seguros. Esta protección queda representada en el libro con la luz y los brazos de la madre.
 
Dentro de los contravalores encontraríamos la cobardía de Oso Pequeño, el peligro de la ignorancia y la dificultad de superar los miedos.
Por otro lado podríamos destacar el valor de la imaginación con respecto a la ignorancia ya que o bien puede ayudarnos a superar miedos o bien puede jugarnos una mala pasada y llevarnos a temer lo desconocido. En este libro podríamos considerar la imaginación como un contravalor, ya que tanto el osito como la mayoría de los niños, temen la oscuridad porque creen que hay un monstruo u otros seres imaginarios escondidos por su habitación y esto les causa ansiedad y malestar.   
 
Como se puede observar, se trata de valores y contravalores adecuados a estas edades porque, como he comentado anteriormente, es durante este periodo cuando surgen los miedos, en concreto este a la oscuridad  y sería necesario que todas los adultos supieran ayudar a sus hijos a superar este miedo tan natural de una manera adecuada, demostrándoles que no tienen nada que temer  en vez de llevándoles a dormir con ellos o encendiéndoles las luces de media casa.
 
 
4. Conclusión:
 
Tras este análisis del libro ¿No duermes, Osito?, puedo concluir diciendo que es un libro perfecto para tratar con niños de entre 4 y 5 años, pues el miedo a la oscuridad es un miedo muy común en los niños pequeños que se intensifica a la hora de ir a dormir.
Por tanto, sí que lo utilizaría en clase con niños de estas edades aunque puede utilizarse sin ningún problema para niños desde más pequeños a más mayores, pues les servirá para dialogar sobre el tema de los miedos y la superación de estos, ya que me parece una historia sencilla y fácil de entender con la que los pequeños podrán sentirse completamente identificados.
 
Como he dicho antes, aunque los personajes sean osos, se trata sobre un problema típico de los niños a estas edades y por tanto que vean cómo Oso Pequeño es capaz de vencer sus miedos enfrentándose a ellos, les hará coger el valor y la confianza para superarlos ellos también.
 
Si yo utilizara este cuento en mi clase, tras su lectura hablaría con ellos sobre lo que ocurre en la historia y posteriormente realizaría una serie de preguntas sobre temas tales como: De qué cosas tienen miedo y por qué, Si duermen solos o acompañados, Si duermen con alguna luz encendida, Si les gusta dormir, Qué habrían hecho ellos en el caso de Osito Pequeño, etc. Con las diversas respuestas que vayan dando, podría realizar múltiples actividades. Un ejemplo de ellas podría ser pedirles a nuestros alumnos y alumnas que busquen soluciones para los miedos de sus otros compañeros.
 
Buscando experiencias reales que se hayan llevado acabo con la utilización de este libro, he encontrado el siguiente blog en el que se proponen una serie de actividades como pueden ser la dramatización o la expresión plástica para trabajar sobre los miedos en el aula, concretamente en educación infantil. Os dejo el link por si os interesa y queréis echarle un vistazo: http://marchandouncuento.blogspot.com.es/2015/03/no-duermes-osito.html 

Para finalizar, me gustaría destacar el hecho de que se trata de un libro muy útil también para las familias ya que realmente son ellas las que tienen que lidiar con este problema con sus hijos y ver de qué manera abarcarlo. Viendo el modo en el que actúa Oso Grande sabrán que lo importante es dar confianza a los niños para que se sientan respaldados y de esa forma les hagan crecer y madurar. 
Por si a algún padre le sirve de ayuda, me gustaría citar a Estefanía Cano Espartero, una psicóloga infantil que escribe artículos en  la revista electrónica sobre el mundo de la enseñanza "Aula del Pedagogo" y que propone una serie de consejos para ayudar a los hijos a superar los miedos. Nos aconseja NO recurrir a las racionalizaciones, a las dramatizaciones, ni a infravalorar los miedos y nos cuenta que lo importante es valorar estos miedos de manera correcta. Es decir, defiende que produce mucho más consuelo para el niño un abrazo, una caricia o decirles que nosotros también teníamos su mismo miedo y lo superamos, que utilizar frases como "a tu edad no deberías tener miedo de...", "pues mira a tu hermano/a que no tiene miedo" o "¡Pobrecito! ven con mamá/ papá".  ( http://www.auladelpedagogo.com/2011/02/el-miedo-en-edad-infantil/)
 

5. Para los interesados:
 
Aquí os dejo el link de un artículo que me ha parecido muy interesante en el que se presenta una propuesta de intervención para trabajar la emoción del miedo a través de los cuentos: http://reunir.unir.net
 
También os dejo los títulos de algunos libros que me parecen adecuados para trabajar más a fondo sobre el miedo a la oscuridad:  
  • Scrib scrab bibib blup de Kitty Crowther 
  • El miedo es blandito y suave  de Pedro Pablo Sacristán
  • Un monstruo en el armario de Carmen Vázquez-Vigo
Aquí podéis escuchar, leer o descargar estos y otros muchos cuentos de temáticas diversas:  http://cuentosparadormir.com/categoria/defectos/trabajar-el-miedo
 
 
Hasta aquí llega esta primer post sobre el análisis de un libro infantil literario. Espero que os haya gustado y sobre todo que os haya servido de ayuda. ¡Hasta pronto!

 

1 comentario:

  1. Bueno... sigues hablando de "lectores" en algunas ocasiones. Lo adecuado es hablar de "receptores". Lo demás lo has corregido. Perfecto.

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